Vuelvo a bajar un poema de Nada personal. En este momento en que aún sufro las secuelas del posparto novelístico (ver entrada aludida)me resulta gracioso releerme. (Por cierto, el ripio es intencionado, que conste...)
PRIVILEGIO
Lo bueno que tiene ser poeta
es que nadie de ti espera un palimpsesto
(catorce haikus dicen que es poemario),
no tienes que halagar a tus audiencias
ni mantener las cotas de mercado.
Lo bueno que tiene ser poeta
es que no te has de vender en los programas
de prime time, ni salir en telediarios.
Si eres un poeta nada obliga
a usar los consabidos ingredientes
que desde la caverna han funcionado.
Ya sabéis, chica bien conoce a chico malo,
intrigas vaticanas/monacales,
patadas al diafragma de la Historia,
escenas de erotismo desabrido,
pobre niño presencia asesinato
salvaje de sus dos progenitores,
y al final del relato, ya tío cachas
le tritura la sesera al homicida,
etcétera y etcétera.
No tienes que escribir para que adapten
tu simple cuento a la gran pantalla,
o lo que es peor, que lo destrocen
en una miniserie con estrellas
españolas emergentes.
La conclusión es clara:
por mucho más que omito
además de lo anterior,
a mí me gustaría ser poeta,
si es que llego a ser mayor.
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